Reencontrarnos con nuestra lengua materna, el Náhuatl, es regresar a nuestras raíces, es reconectar con nuestro pasado. No debemos olvidar de dónde venimos; el hacerlo, es darle la espalda a nuestra identidad, arriesgándonos a perder nuestra esencia.
En Autlán, celebramos con orgullo nuestros orígenes.