Nuestro día a día ha cambiado, ahora trabajamos desde nuestras casas. Inicia tu mañana y probablemente te pones a ver las noticias, las redes sociales o los mensajes de WhatsApp con las últimas noticias sobre el COVID-19, cifras de nuevos casos, defunciones y señales de que la economía no va bien. También es probable que compartas esta información con el resto de los miembros de tu hogar, quizás en un tono alarmista o quizás no. Lo cierto es que todo lo que decimos y compartimos llega a los oídos de los más pequeños de la casa.
Nuestros hijos son como esponjas que absorben todo lo que les rodea. Ellos notan nuestro estrés y, sin darnos cuenta, los estresamos también. Los niños pueden responder al estrés de diversas maneras: mostrándose más dependientes, preocupados, enfadados o agitados, encerrados en sí mismos o incluso mojando la cama.
Sabemos que es complicado lidiar con el mundo externo y el hogar simultáneamente, pero balancear las actividades en tu casa, tu trabajo y el cuidado de tus hijos será clave para que durante esta coyuntura, el hogar sea un refugio donde todos se sientan protegidos y puedan pasarlo de la mejor manera posible.
Recordemos que son niños y no dejarán de serlo.
Estar en nuestras casas es una oportunidad para pasar más tiempo con nuestros seres queridos. Ayudemos a que se sientan más tranquilos, tu hijo te necesita.