Muchos países han accionado para combatir la enfermedad. En esa lucha también están los sectores industriales, quienes, desde sus distintas parcelas productivas, elaboran los bienes y servicios necesarios para abastecer la cadena productiva y de suministro de hospitales y centros de salud.
Los minerales, al igual que los profesionales de la salud, también están al frente de la batalla contra el coronavirus (COVID-19): el cobre, la plata y el oro son ampliamente utilizados por el sector de la salud en todo el mundo. Pero específicamente, ¿en qué parte del rompecabezas entramos? Los enfermos críticos por COVID-19 necesitan respiradores artificiales, de lo contrario pueden perder la vida; la plata (Ag), el oro (Au) y el cobre (Cu) (metales preciosos) son esenciales para fabricar tubos endotraqueales, permitiendo respirar adecuadamente a los afectados y prolongando sus vidas.
De acuerdo a expertos en epidemiología de la Cámara Minera del Perú (CAMIPER), las superficies de cobre son el peor enemigo del virus, pues en ella el COVID-19 sólo puede durar 4 horas en relación a otros materiales como por ejemplo el plástico, donde el virus puede permanecer hasta 3 días. Este metal también tiene propiedades antibacterianas, existen registros de mediados del siglo XIX sobre las bondades de este mineral durante los brotes de cólera en Europa: quienes trabajaban con el cobre y sus aleaciones estuvieron químicamente protegidos. Por esto y otros motivos, el cobre es el mineral más usado en el campo médico, muy cotizado para la fabricación de instrumentos quirúrgicos y dispositivos médicos.
Por su parte, el oro es de suma importancia en el campo médico, dado que puede ser usado en radioterapia o para fabricar algunos medicamentos. Expertos en salud mencionan que el oro es capaz de destruir bacterias, desinfectar, fortalecer el cuerpo, mejorar las defensas e impactar positivamente a la función cardíaca y los órganos internos. Además, el oro puro es un metal hipoalergénico, es decir, disminuye el riesgo de desarrollar alergias.
En farmacología, los compuestos del oro son parte de muchos medicamentos que se utilizan en el tratamiento de tumores malignos, tuberculosis pulmonar, enfermedades de la piel y enfermedades autoinmunes. Ciertos fármacos que contienen nanopartículas de oro combaten con éxito la bacteria “helicobacter pylori” (causante de úlceras estomacales) y tienen un efecto anti hongos. También son ampliamente utilizados en el tratamiento de la artritis crónica e incluso pulmonías.
De igual manera, la plata es un importante protagonista; sirve como insumo para la creación de instrumentos quirúrgicos y para la laminación de máquinas de rayos X. Al igual que el oro y el cobre, la plata está presente en las nanopartículas de diversos fármacos y es uno de los principales componentes de los termómetros, herramienta que los profesionales de la salud usan actualmente para medir la temperatura y detectar señales tempranas de síntomas vinculados al virus.
Como se ha mencionado, la existencia de estos metales y su papel en el combate contra el virus es de suma importancia. No obstante, no podemos dejar de lado la infinidad de metales y minerales que aportan valor en esta lucha contra el COVID-19; por ello los minerales son esenciales para la vida y su producción es indispensable.
Si no existiera la minería, el efecto de la pandemia sería mucho más profundo, pues los insumos para fabricar los equipos médicos necesarios para combatir el coronavirus, así como para adquirir mejores hospitales o repotenciar los ya existentes, no existieran, pronunciando las cifras de contagios y decesos.
La minería es indispensable para la vida, es un aliado indiscutible para la salud y el medioambiente; su existencia y vigor cobran más relevancia que nunca. Autlán, orgullosamente minera, tiene el privilegio de contribuir a la erradicación del COVID-19 proporcionando los minerales esenciales que serán usados para la fabricación de equipos médicos.