En los últimos años, ciertas recetas se han vuelto famosas por cubrir alimentos en oro. Algunas personas aseguran que esto es dañino y podría causar enfermedades. Sin embargo, esto no es cierto.
Algunas culturas han comido oro durante siglos como parte de una experiencia gastronómica de lujo, y esta práctica se volvió a la moda en los últimos años. El oro comestible es usado principalmente como decoración, pero no brinda nutrientes esenciales en nuestra alimentación. Sin embargo, existen otros minerales esenciales que sí necesitamos para permanecer fuertes y que comemos todo el tiempo sin saberlo.
El manganeso, el fósforo, el hierro, zinc, el sodio, el potasio y el carbón son elementos son muy importantes para una nutrición adecuada, si sabes consumirlos de manera correcta.
Pero tal vez te preguntes, ¿para qué nos ayudan?
Los minerales tienen tres tareas principales: ayudar a construir y mantener huesos y dientes fuertes; controlar los fluidos que tenemos dentro y fuera de nuestras células; y convertir la comida que comemos en energía.
El manganeso en específico es un mineral muy importante en el proceso digestivo, pues nos ayuda a procesar los carbohidratos, el colesterol y los aminoácidos en nuestra dieta; también es importante para desintoxicar el cuerpo y ayudar a las heridas a sanar rápidamente.
El manganeso se encuentra en varios alimentos como nueces, cereales y legumbres; una deficiencia de manganeso puede causar problemas de crecimiento, huesos débiles y hasta infertilidad.
La mayoría de los cereales, panes, carnes, lácteos, nueces, verduras y frutas (tanto las frescas como las disecadas) contienen excelentes niveles de minerales.